Por: Humberto Peña Dávalos
30/3/2020
El Viaje de Chihiro (2001) dirigida por Hayao Miyazaki y producida por el aclamado Studio Ghibli me resultó una película fascinante, profunda y desgarradora.
Una película con clara inspiración en Alicia en el país de las Maravillas, nos muestra el conflicto de crecer y de enfrentarse al cambio, a un cambio lleno de corrupción y de desconfianza, todo esto mediante un escenario nuevo, desconocido y desconcertante.
Según palabras del mismo director, esta película es una metáfora del mundo de la prostitución en Japón, en el que se refleja un añoro de la infancia, pero lamentablemente el paso a una nueva vida es un tren solo de ida, al cual únicamente puedes regresar a través de la memoria(si recuerdas quien eres).
El personaje de Chihiro es inocente, mientras que Haku es un guía para ella. Un guía que es necesario en este gran y cruel paso y que será finalmente quien la libere.
Creo que la película se cuenta a través de los escenarios, magníficamente retratados por el equipo de animación de Ghibli. El "hotel" de Yubaba recuerda casi a un purgatorio. Un lugar donde sus empleados esperan para irse, pero no hay escapatoria, una especie de "Hotel California".Un lugar de acceso muy fácil pero de salida imposible. Un lugar lleno de avaricia y de intereses, disfrazado de paraíso.
Los padres de Chihiro, a pesar de estar ahí, están ausentes y parecen no comprender a su hija. Tristemente esto la lleva por un camino oscuro y permiten que ella caiga en manos equivocadas. Miyazaki me hizo reflexionar acerca de lo peligroso que es la apatía hacia los niños (algo solo digno de un puerco asqueroso) y cómo esto puede terminar en algo fatal.
Los planos pueden llegar ser largos y reflexivos para una película cuyo publico son los niños, sin embargo son perfectos no solo para mostrarnos el ya característico estilo de animación perfeccionista de Studio Ghibli, si no para empatizar con el personaje, porque permiten la introspección que refleja una ves más, la inocencia y fragilidad de la infancia.
La película me recordó lo difícil que puede ser el cambio y el no mirar atrás, lo cruel e inhumano que puede llegar a ser el mundo real en contraposición con el mundo de los niños, pero al mismo tiempo me lleno de esperanza, la esperanza de que no solo existen Yubabas, también existen una Zenibas.
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