Por: Lino Enrique Cárdenas Franco.
06/04/2020
"La naranja mecánica" o "A clockwork orange" (1971) en su título original, dirigida por el afamado y polémico Stanley Kubrick (1928-1999), es considerada una de las películas más icónicas del siglo XX. Definitivamente, se trata de un clásico del cine mainstream.
Esta película está basada en la novela, del mismo título, del autor inglés Anthony Burgess (1917-1993). Desde sus inicios, se trató de un filme que generó muy variadas reacciones en su recepción por la audiencia, las distribuidoras y los sectores conservadores de la sociedad de su época.
Dentro de una atmósfera distópica (aunque no tan alejada de la realidad), la película nos lleva a través de las múltiples expresiones de la llamada ultraviolencia que cometen Alexander DeLarge y sus drugos. Cabe destacar que la película cuenta con una actuación excelsa, que bien podría considerarse como infravalorada, de Malcom McDowell interpretando a nuestro protagonista.
Tras una serie crimenes, Alex, el nadsat más famoso del cine, se ve envuelto en una serie de acontecimientos que dirigirán su suerte a ser el primer conejillo de indias de la técnica Ludovico.
El trabajo de Kubrick y su equipo es excelente, no es casualidad que sea una de las películas más reconocidas del influyente director, aún y cuando no logró conseguir el Oscar. Los planos que la película ofrece son una maravillosa conjugación de elementos visuales y auditivos que se plasman en la memoria del espectador como pocas películas lo logran. Si eres un amante de la música clásica, sin duda te envolverá aún más.
Como dato curioso: la novela de Anthony Burgess cuenta con 21 capítulos, y en la adaptación de Stanley Kubrick únicamente se muestran los sucesos acontecidos en los primeros 20. Si el final de la película te deja dudas, la novela también es muy recomendable.
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